11-IX-2015
En este 11 de
septiembre atravesamos una nueva situación política que nos muestra una evidente crisis del modelo
neoliberal la que se expresa en: una economía que va en baja; en una
institucionalidad cuestionada por la corrupción de políticos y empresarios; por la reactivación
de la lucha por los derechos humanos; por las movilizaciones y luchas de los
profesores, estudiantes, mapuche, trabajadores, etc.; por la incapacidad
mostrada por el gobierno de llevar adelante a buen término las prometidas reformas. Por esto
la falta de credibilidad del pueblo en la política y sus representantes, lo que se
refleja en las distintas encuestas.
El año 1973, fue un
año que marcó la historia de Chile. El Golpe de Estado que nos dejó una cicatriz imborrable, las
calles, las poblaciones y los campos se cubrieron de sangre. Después de un tiempo
cruelmente interminable, las aguas fueron calmadas, en 1990, por un nuevo orden
político que "restablecía la democracia", para dar paso a un gobierno, sin junta militar, pero que ha
mantenido todas las normas políticas, legales, constitucionales y el régimen
económico de la dictadura, que ahora nos tiene sometidos. Así es como hoy vemos
la reactivación de varias demandas en la huelga de hambre de los
presos políticos y los juicios en casos de derechos humanos, como, el caso
quemados, el caso Berríos, caso Laja-Yumbel, que involucran a militares,
carabineros y civiles.
La
soberanía chilena sufre la profanación de una constitución espuria que crea y
avala la corrupción, por parte de los gobernantes, los opositores de derecha y
sus secuaces empresarios, quienes se comportan en forma perversa contra los
intereses nacionales y de los trabajadores y pueblos. Pero hay algo que no está
en su control, algo que su venda mediática no podrá callar y es que los
trabajadores y el pueblo, comienzan a despertar contra estos abusos. Esto no
podrá más que llevar a unirse en una sola voz, en una sola lucha imposible de
quebrantar. Que todos nos dirijamos a alcanzar una única meta: exterminar la
corrupción e impunidad en Chile. ¡Ya basta de tanta corrupción! Pero también ya
basta de este sistema neoliberal que la alimenta. La única forma de acabar con
el capitalismo es una revolución socialista desde abajo.
El
Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores, es parte del movimiento
anticapitalista y luchamos contra la globalización capitalista. Queremos unir
las diferentes luchas, unir los movimientos. El anticapitalismo necesita a los
trabajadores, y los trabajadores necesitan el socialismo. Ser revolucionarios
significa que somos parte activa del movimiento, impulsándolo todo lo que podamos.
El
Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores, llama a dejar de lado los
desalientos, el conformismo, el bienestar individual para pensar en la
colectividad formada por todos los trabajadores. Queremos romper con los
saqueos al país y a los pueblos. Llamamos a que nuestro enojo, ponga un “¡Hasta
aquí no más!” a las burlas y abusos. ¡Cárcel para los corruptos!
Cada
día nos queda más claro que el gobierno de la Nueva Mayoría-Concertación, no
tienen ni tendrán la voluntad de resolver nuestras demandas y acabar con la
Constitución de Pinochet y destruir el lucro. Por eso se oponen con furia
contra una Asamblea Constituyente Soberana. Por eso, nosotros encontramos en la
denuncia, la movilización y la lucha una herramienta para hacer escuchar la voz
de nuestras demandas.
A UNIR
LAS LUCHAS PARA QUE LOS PUEBLOS, Y LOS(AS) TRABAJADORES(AS) MANDEN
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